viernes, noviembre 17, 2006

La justicia divina está en la Tierra

(Buscando culpables de nuestro infortunio)



Mi amigo Javier decia (1) en su blog:
"...Si tuviese que hacer una lista de las personas que me han hecho daño a lo largo de mi vida aparecerían unos cuantos nombres; personas a las que odié durante cierto tiempo hasta que el olvido mitigó esos sentimientos... Personas que me hicieron daño y que hicieron que me preguntara una y otra vez por qué. Por suerte pocas hay a las que aún guardo rencor. Pero con rencor o sin él uno se queda con la sensación de que no es justo y no lo merecía..".

Quien no ha dicho lo mismo alguna vez? Porque fulano o mengana me tenía que hacer eso justamente a "mi"?
Os tengo malas noticias: Rara vez la gente nos hace cosas "a nosotros", interpretar permanentemente las acciones ajenas como personales en contra nuestro nos coloca en el desafortunado grupo de pobres tipos/as que andan por la vida pensando que el destino ha sido injusto con ellos, cuando en realidad la gran mayoría de ellos han sido al contrario injustos con su destino. Porque no supieron aprovechar las oportunidades de todo tipo que la vida les dió, porque no supieron amar, porque no supieron luchar, porque no supieron ser mejores, porque siempre es más fácil echarle la culpa a los otros que aceptar la propia mediocridad y aprender como superarla.

Dicho esto convengamos que eventualmente alguna vez te puedes encontrar a alguien que te haga daño injustamente (si piensas que es "todo el mundo" favor remitirse al párrafo anterior). Allí es donde entra la teoría de la "Justicia Divina" que creyentes de todo el mundo tienen a mano como último resorte para acompañar su resignación: Nadie castiga a "los malos" en vida, Dios los castigará en el más allá.

A lo que mi descreído amigo Javier contesta:
"...La teoría de la justicia divina es simplemente una forma más elegante de expresar la idea de que al final uno recibe lo que ha dado. O sea que aquellos que han hecho daño o han puteado recibirán lo mismo más tarde o más temprano; y por el contrario si has sido “bueno” serán buenos contigo. Por supuesto no se especifican cuándos ni cómos ni dóndes, simplemente que ocurrirá. El equilibrio debe alcanzarse. Esta teoría por supuesto parece algo inverosímil; entre otras cosas porque muchos han triunfado en la vida a costa de pisotear a todo el que se encuentran y no parece que reciban su merecido..."

A Javier y a todos aquellos atribulados que sin embargo siguen soñando con algún castigo celestial para la mala gente les traigo una buena noticia:

Lo que llaman la "Justicia Divina" no sucede en el más allá, ocurre de hecho aquí y ahora, no hay que esperar el escarmiento eterno, es automática e instantánea.
La mala gente ya tiene su merecido castigo y es muy simple y efectivo: ser como son, ser "lo" que son.
Parece un razonamiento circular pero no lo es ya que cada vez que actuamos sin rectitud, coraje, benevolencia, respeto, sabiduría, honor o lealtad nos sale una mancha en el alma. Cada vez que traicionamos nuestros propios principios e ideales, o cuando somos mentirosos, dañinos, soberbios, egoístas o simplemente estúpidos se nos daña un pedacito del futuro, se nos escapa una ficha que nunca podremos apostar en el tablero de nuestro destino...
Perfecto no hay nadie, ya lo sé, todos cargamos alguna cicatriz que otra en nuestra conciencia, alguna curita en el corazón...
Preocupate en todo caso que la cosa no pase a mayores ya que la gente que no cuida el pedacito del Alma del Mundo (2) que le ha tocado en suerte muy difícilmente pueda ser feliz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En ésta estoy de acuerdo. No sé si existe el "más allá", jamás lo sabremos. Pero lo que sí es verdad, que la justicia -"divina o no", según la fe y las creencias de cada uno-, se da aquí en la tierra. Si siembras cariño, bondad, seguramente a la larga también la encontrarás. Eso sí, nunca esperes que te sea retribuido de parte de la misma persona, lo recibirás de otras y de modo diferente.