lunes, abril 16, 2007

Si no te pasan cosas grandes, te pasan cosas pequeñas

(Chocolate por la noticia)



Ya sé que parece una verdad de perogrullo, paso a explicarme mejor:
Nunca te pasó que invitaste a alguien a pasar un lindo día de campo y te contesta que no puede porque ese día tiene que lustrarse los zapatos?
A una amiga le contestaron exactamente eso!
O cuando alguien te cuenta que esta muy preocupado por el aumento del precio de las escobas de cerda mediana en el supermercado de la esquina? O gente que anda por ahí quejándose toda una mañana de la variación del horario para la recolección de basura en el barrio, o que les molesta un lunar, o que no soportan a los policías de menos de seis pies de estatura o a las enfermeras gordas de los hospitales públicos y otras cosas por el estilo?
No tienen problemas reales y los inventan! ""Si no te pasan cosas grandes, te pasan cosas pequeñas"

El cerebro o el alma según se mire tiene tendencia a llenar los "huecos" dentro de las cajitas de la milenaria estructura de la mente con lo que tiene más a mano.
Por ejemplo llena la cajita etiquetada "asuntos graves e importantes" con lo mas grave o complicado que le esté pasando al fulano en cuestión en ese momento, que llegado el caso de una persona sin otros problemas mas prioritarios puede ser por ejemplo la desprolijidad que demuestra a los vecinos la acumulación de hojas secas en el patio durante el otoño o la invasión de mariposas azules que taparon los desagotes de la terraza durante la primavera, o el resultado del partido de fútbol del domingo, o la cara que me pondrá el jefe mañana en la oficina.
A primera vista pareciera bárbaro, llegar a un estado de tranquilidad tal que los problemas mas insignificantes nos parezcan importantes, demostrando de esa forma que vivimos felices y no nos pasa nada realmente grave porque preocuparnos...
Craso error.

No niego que una semanita de tranquilidad puede ser muy bienvenida en medio de lo tumultuosa que puede llegar a ser la vida a veces, pero esa misma tranquilidad prolongada indefinidamente a lo largo de los años deviene casi con seguridad en aburrimiento, desidia y lo que es mas grave una pérdida irreversible de la perspectiva que entiendo seria como sigue:
Si lo mas grave o importante que me pasa son cosas triviales entonces mi experiencia vital se empequeñece, los limites de mi corralito mental se achican y comienzo día a día, mes tras mes, año tras año a vivir una vida en general mas pequeña. Las cosas "graves" pasan a ser verdaderas tragedias que siempre por suerte les suceden a los otros. A mi afortunadamente nunca me pasa nada y algún día seré el muerto mas tranquilo del cementerio... y luego merecidamente olvidado.

Por eso bienvenidos sean los problemas, los proyectos, los desafíos, bienvenidas sean las preocupaciones, los riesgos, los conflictos, tener un hijo, pelear con tu pareja por el futuro, tomarse el trabajo de conocer a otras culturas o grupos, luchar por un objetivo o un ideal, tomar decisiones fuertes a pesar de los miedos, buscar cambios interiores trascendentales, animarse a tomar nuevos caminos a pesar a veces de los resultados inciertos o de la desaprobación ajena...

Es un problema casi matemático, el rango mental entre "no me pasa nada" y "me pasa algo importante" es llenado siempre y de alguna por la mente con la escala de todas nuestras experiencias vitales. Cuando era pequeño y viajaba hasta las montañas vecinas distantes a 100 km de mi ciudad, me parecía un largo viaje. Cuando años mas tarde viajé miles de kilómetros hasta otros países, mis montañas me parecieron mucho más cercanas: los limites de mi experiencia se habían ampliado
Cuando por mucho tiempo no te pasen cosas grandes tu vida se hará poco a poco mas pequeña, el cambio para evitarlo es interior y no se logra del día para noche, es en todo caso un esfuerzo de actitud para toda la vida

miércoles, abril 04, 2007

Nuestros Dioses

(".....Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche
y fue la tarde y la mañana un día.....")




Que decir de los dioses del hombre que no se haya dicho antes? Nada nuevo seguramente, sólo otro grano de arena en la infinita playa de las opiniones de la historia del mundo.
Pero bueno, ahí vamos:
Que ves si miras por la ventana? Arriba el cielo, abajo la tierra y en la línea de contacto entre ambos eso que parecen inquietas hormigas siempre en movimiento, siempre haciendo su parte en la antiquísima comunidad del hormiguero: el hombre, caminando todo el tiempo en ese borde entre lo divino y lo terreno, sólo porque un día hace algunos millones de años un antiguo mono fué expulsado del paraíso de su mente animal pura e instintiva para comer del árbol del la ciencia, del bien y del mal

"...el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos,
y seréis como dioses..."

(Génesis 3:5)

Arriba en el cielo, en el aire, en lo invisible, en lo intangible, en el pensamiento, en el sentido de las cosas y de las acciones, en los sentimientos, en la escencia, en los valores, en las opiniones, están los dioses, todos ellos, los grandes y los pequeños, los eternos y los cotidianos, los de barro, los de aire, los de polvo de estrellas, los de las iglesias, los de los hospitales, los de Wall Street, los de la guerra y los de la paz, los dioses secretos y los olvidados, los poderosos y los bienaventurados, los misteriosos y los místicos, los simples o los profundos, los inasibles, los orgiásticos y los ascéticos, los de nieve y los de fuego, los llamemos como los llamemos, Alma del Mundo, Akatosh, Jehová, Mahoma, Buda, Marte, Sol, Osiris, mandamientos, preceptos, leyes, el alma de las cosas: Son el bien y el mal. Lo conceptual, el espíritu de todo lo que anida en cada uno, y de donde vienen a la corta o a la larga todas nuestras ideas: nuestros dioses y los dioses de los que nos precedieron.

Nuestros padres nos heredaron los dioses que les pasaron sus abuelos quienes a su vez los leyeron en los libros que escribieron otros antes que ellos, en los nombres de los barcos, en las pinturas al óleo, en los susurros que murmuraban al viento la estatuas de Miguel Angel, en los dibujos de Da Vinci, en los párrafos indescifrables de Tomas de Aquino, en el significado oculto del vuelo de las palomas de Marzo sobre las cúpulas de la Catedral...
Nuestros dioses nacieron con nosotros de la mas profunda noche de los tiempos, de la nada oscura y fría del no-existir

"En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las
tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el
espíritu de Dios se movía sobre la faz de las
aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz..."

(Génesis 1:1)

Nuestros dioses juegan a la payana cósmica con nosotros, y nos observan y se dejan inventar y desairar y creer y descreer
Nuestros dioses guardan en su arcano corazón nuestros valores, conceptos, ideas, credos, leyendas y filosofías: el rico software acumulado de la humanidad que anida y se reinventa a si mismo dentro de cada uno todos los días de nuestras vidas
Nuestros dioses son los que nos separan de aquel mono milenario, son los que nos conectan con la estrellas y sin ellos seríamos solo hardware de carne, caminando sin demasiado sentido sobre la superficie del planeta