martes, enero 02, 2007

Un manual para cada cosa...



(...y cada cosa en su lugar)

Dice una ley de Murphy: "Si todo lo demás falla, lea el manual de instrucciones..."
Y si andamos con problemas existenciales? Habrá entonces algún manual de instrucciones para la vida? "...vea figura 12 en página 47, presione el botón A para mejores resultados..."
Hum... solía tenerles bastante aversión, pero manuales para la existencia que los hay los hay: La Biblia, el Corán, la Constitución de tu país, el manual de comportamiento del Rotary Club de la vuelta de tu casa, el código de Hammurabi, el Bushido, manuales diversos de moralidad y buenas costumbres, y seguramente algunos miles más de volúmenes de toda forma y extensión a lo largo y a lo ancho de la historia de la humanidad, estableciendo básicamente como se debería vivir la vida y como no. Lo que está "bien" y lo que está "mal".
Todos inventos... Saben las leonas en la sabana africana que es "cobardía" atacar entre varias a un indefenso antílope? Lo saben las hienas? No, el bien y el mal son inventos, nuestros inventos. Es más, nos tomó millones de años de evolución inventarlos y apenas pudimos los pusimos donde? En "manuales", esos mismos manuales que detestaba hace algunos años y que ahora en cambio pienso que son indispensables para ser lo que somos. Luego por supuesto vinieron los conflictos entre los que tenían manuales diferentes y enceguecidos pensaban que el manual del vecino estaba equivocado, tal vez el conflicto está en nuestra sangre y los manuales resultaron ser buenas excusas, no lo sé.
El caso es que sin manuales no podemos vivir, ellos dan sentido a cada uno de nuestros modelos mentales, incluyendo los cientos de manuales que nunca se llegaron a escribir pero que sin embargo se pasan de padres a hijos, generación tras generación: El Alma del Mundo anida en esas hojas...
Le doy una vuelta de tuerca más al tema: Aún para todos aquellos (y probablemente todavía me incluyo) a quienes los manuales les caen un poco gordos les digo: No podrían existir los rebeldes sin reglas contra que rebelarse, no podrían existir posiciones alternativas sin posiciones tradicionales respecto de las cuales poder ser "diferentes"
Por si o por no, para estar a favor o en contra o al medio o arriba o al costado, esos milenarios manuales de todo tipo representan los puntos de referencia fundamentales donde se ancla buena parte (sino toda) nuestra estructura interior. Nos definen de una u otra forma. Son nuestra herencia como especie y sin todos esos contenidos recibidos de las generaciones pasadas seriamos nuevamente cromagnones, con el hardware un poquito mejorado pero sin software en el disco duro de nuestra vacía cabecita. Inconscientes manadas de simios enfundados en armani vagarían repentinamente por las ciudades despojadas de significados, ya nadie tomaría el metro ni sabría los que significa Notre Dame que enhiesta y ausente se desmoronaría en un par de siglos. Los letreros de neón de la Quinta Avenida serían cuanto mucho buenos columpios y las pirámides unas montañas mas de rocas en el monótono paisaje del Sahara.
Nos guste o no en todos esos manuales está escrito quienes somos y la triste verdad es que somos sólo pelusas vacilantes entre sus milenarias páginas que al abrirlas se las lleva el viento.

1 comentario:

Natalia A dijo...

Lamentablemente, o por suerte, no existimos sin las reglas que nos imponemos a nosotros mismos. Lo bueno y lo malo son inventos, pero necesarios. Sin ellos el caos de la vida no entraría en nuestra cabeza (aún así no entra!!). Y tenemos tanta necesidad de comprender lo que nos pasa!
Felicidades para este año que comienza.