martes, enero 09, 2007

Paternidad responsable: Un oficio ingrato

(Crear es un pasatiempo solitario)



No me quejo: Ahí pariste ese proyecto que luego te sigue por la vida "papá... papá..." y como todo hijo que se precie luego renegará de su padre y se criará en las complejas calles de la selva-ciudad como mejor le parezca y sólo se acordará de ti para pedirte algo o para recriminarte tus evidentes errores.
Es una ley de la vida, el enorme-a-veces-monumental laburo que implica crear algo es pronta y merecidamente olvidado por la criatura que teniendo voluntad propia y cada vez mas libertad hace lo que se le da la gana.
Es justo? Y si... No hemos hecho exactamente eso cada uno de nosotros con nuestros propios padres?
La paternidad es definitivamente un oficio ingrato. Sea un proyecto, una idea, una persona de carne y hueso, una comunidad, un país, un concepto nuevo o lo que corno se te ocurra crear sufrirás tarde o temprano el síndrome de la ingratitud filial. Sólo es cuestión de estar preparado.
Pero cuales son esos "evidentes errores"? Los condimentos indispensables que acompañan toda creación: Ideas nuevas y muchas veces controversiales, liderazgo con un posible grado de autoritarismo, perseverancia cuando no decididamente incomprensible terquedad entre otras. Esas mismas "virtudes" imprescindibles para avanzar contra viento y marea para llegar a una meta son las que a la corta o a la larga derrotan al creador, porque cada una de ellas tarde o temprano se convierte a la vez en un defecto que molesta a la criatura misma o bien a las demás personas, o a los hijos de las demás personas, incluso a todos aquellos supuestamente beneficiados por lo creado. Por que? Porque todo lo que existe, existe en contra de la energía del no existir. Dicho en otras palabras todo lo que existe molesta a algo o a alguien. Cada uno de nosotros molesta a la nada eterna, por eso duramos tan poco. Y cuanto mas diferentes de la nada seamos, es decir mas vitales, mas "diferentes", mas bulliciosos, mas problemáticos nos volvemos y por ende disminuyen nuestras posibilidades de supervivencia. Todo fenómeno genera las causas de su propia desaparición: El calor sofocante del verano genera un centro de baja presión que trae las nubes de fresca lluvia que generará a su turno un centro de alta presión que volverá a traer el agobiante calor en un ciclo de nunca acabar de la Madre Naturaleza...
Algo parecido les sucede a los líderes locales, nacionales o hasta a los grandes imperios de la historia, desde los Persas al Imperio Romano o Chino pasando al Español o al inglés de varios siglos hasta llegar al tan criticado por estos días United States of América.
Todos en su momento generaron sentido en la historia humana, todos tarde o temprano desaparecieron víctimas de la acción-reacción, del inevitable conflicto que ese mismo sentido generó.
Algunos otros padres famosos: Los Reyes Católicos en España, el mariscal Tito en Yugoslavia, Evo Morales en Bolivia, Perón en Argentina y miles de otros hombres y mujeres en la historia que quisieron crear algo nuevo. De Yugoslavia ya no queda nada, España todavia lucha por mantener unido un caldero caliente de razas totalmente diferentes, Evo Morales todavía cree que puede luchar contra las multinacionales, Castro en Cuba que en su momento derrocó a un régimen corrupto y decadente, Saddam que luchó por Irak, Bush que mató al sanguinario Saddam, apenas nacida la criatura comienza a generar las semillas de su propia destrucción. Creo que es inevitable.

Así que potenciales progenitores de todo el mundo: Acepten nomás la ingratitud del oficio paternal y cuanto más grande sea el hijo no lo duden: mas grande será la caída.
Y no esperen demasiado reconocimiento de los demás: La creación es un pasatiempo mas bien solitario. (O bien resignensé a la gris chatura de no crear nada, no vaya a ser que molesten a alguien...)

martes, enero 02, 2007

Un manual para cada cosa...



(...y cada cosa en su lugar)

Dice una ley de Murphy: "Si todo lo demás falla, lea el manual de instrucciones..."
Y si andamos con problemas existenciales? Habrá entonces algún manual de instrucciones para la vida? "...vea figura 12 en página 47, presione el botón A para mejores resultados..."
Hum... solía tenerles bastante aversión, pero manuales para la existencia que los hay los hay: La Biblia, el Corán, la Constitución de tu país, el manual de comportamiento del Rotary Club de la vuelta de tu casa, el código de Hammurabi, el Bushido, manuales diversos de moralidad y buenas costumbres, y seguramente algunos miles más de volúmenes de toda forma y extensión a lo largo y a lo ancho de la historia de la humanidad, estableciendo básicamente como se debería vivir la vida y como no. Lo que está "bien" y lo que está "mal".
Todos inventos... Saben las leonas en la sabana africana que es "cobardía" atacar entre varias a un indefenso antílope? Lo saben las hienas? No, el bien y el mal son inventos, nuestros inventos. Es más, nos tomó millones de años de evolución inventarlos y apenas pudimos los pusimos donde? En "manuales", esos mismos manuales que detestaba hace algunos años y que ahora en cambio pienso que son indispensables para ser lo que somos. Luego por supuesto vinieron los conflictos entre los que tenían manuales diferentes y enceguecidos pensaban que el manual del vecino estaba equivocado, tal vez el conflicto está en nuestra sangre y los manuales resultaron ser buenas excusas, no lo sé.
El caso es que sin manuales no podemos vivir, ellos dan sentido a cada uno de nuestros modelos mentales, incluyendo los cientos de manuales que nunca se llegaron a escribir pero que sin embargo se pasan de padres a hijos, generación tras generación: El Alma del Mundo anida en esas hojas...
Le doy una vuelta de tuerca más al tema: Aún para todos aquellos (y probablemente todavía me incluyo) a quienes los manuales les caen un poco gordos les digo: No podrían existir los rebeldes sin reglas contra que rebelarse, no podrían existir posiciones alternativas sin posiciones tradicionales respecto de las cuales poder ser "diferentes"
Por si o por no, para estar a favor o en contra o al medio o arriba o al costado, esos milenarios manuales de todo tipo representan los puntos de referencia fundamentales donde se ancla buena parte (sino toda) nuestra estructura interior. Nos definen de una u otra forma. Son nuestra herencia como especie y sin todos esos contenidos recibidos de las generaciones pasadas seriamos nuevamente cromagnones, con el hardware un poquito mejorado pero sin software en el disco duro de nuestra vacía cabecita. Inconscientes manadas de simios enfundados en armani vagarían repentinamente por las ciudades despojadas de significados, ya nadie tomaría el metro ni sabría los que significa Notre Dame que enhiesta y ausente se desmoronaría en un par de siglos. Los letreros de neón de la Quinta Avenida serían cuanto mucho buenos columpios y las pirámides unas montañas mas de rocas en el monótono paisaje del Sahara.
Nos guste o no en todos esos manuales está escrito quienes somos y la triste verdad es que somos sólo pelusas vacilantes entre sus milenarias páginas que al abrirlas se las lleva el viento.